¿Te consideras una persona adicta al amor? ¿Crees que una adicción puede ser positiva? ¿Puede llevarnos la adición al amor a un apego insano? ¿Perdemos nuestra identidad, esencia y energía cuando amamos de manera adictiva?
La palabra adicción en sí tiene una connotación negativa, ya que se refiere a al hábito de conductas nocivas y hasta peligrosas, o al consumo de sustancias que crean una dependencia psicológico y fisiológica. También puede referirse a una afición desmesurada a algo.
Cuando nos referimos al amor, también entra en juego la química de nuestro cuerpo, por lo que en el estado de enamoramiento se ha comprobado científicamente que se segrega una serie de sustancias las cuáles nos llevan a vivir y sentirnos como en una nube. Todo es maravilloso, o al menos así nos lo parece.
Un adicto al amor tiene la fantasía y la expectativa de que el otro o los otros puedan resolver sus problemas de manera incondicional y en todo momento, poniendo la responsabilidad sobre los demás, cediendo el poder y la capacidad de tomar las riendas de su vida y desde ese lugar “amar y ser amado”.
¿Cuáles son las consecuencias de esta adicción al amor? La dependencia, el apego, la desconexión con uno mismo, la pérdida de rumbo, la falta de autoestima y hasta el ser susceptibles al maltrato, cuando por un mal entendido amor somos capaces de hacer y permitir cualquier cosa.
Entonces, ¿Existe una adicción positiva? ¿Si el amor en si es bueno, amar mucho será siempre bueno? Aquí habría que distinguir entre amar mucho o amar en “exceso”. En el equilibrio puede hallarse la respuesta. No es cuestión de si es “bueno” o “malo”, tiene que ver más con lo que nos esté aportando y lo que esté produciendo en nuestra vida. Si es apego, dependencia, pérdida de identidad o responsabilidad, probablemente sea un tipo de amor que haya que replantearse, recolocar o incluso puede que soltar.
El amor se encuentra dentro de una de nuestras necesidades básicas y como tal es susceptible a que podamos llevarlo al extremo y generar un hábito adictivo.
Si embargo, estamos en este mundo para dar y para recibir amor. El amor es energía y una energía que fluye en nosotros, en el universo y a través de nuestros movimientos y acciones.
Para hablar de todo ello hemos invitado a María J. Escaso, que es educadora, psicóloga social, coach y formadora.
Y ahora… ¿te consideras un adicto al amor?
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