La honestidad, en las relaciones de pareja, tiene que ver con expresar cómo nos sentimos ante una situación que nos produce malestar sin atacar y juzgar al otro. Solo desde ahí podremos distinguir lo que realmente queremos y necesitamos, y así elegir reaccionar de forma mucho más respetuosa y no desde la explosión emocional.

Se trata de describir el/los hechos que nos han provocado tal reacción intentando no emitir juicios hacia el otro utilizando un tono y formas adecuadas. Porque, aunque comuniquemos lo que sentimos ante una situación determinada con un tono que no es el correcto, nuestra  pareja lo percibirá como un ataque u ofensa hacia ella, ya que el mensaje no es coherente con la comunicación no verbal (gestos, tono. volumen de voz, postura corporal, etc).

Nosotros nos podremos escudar en que somos muy sinceros pero el resultado no nos lleva a nuestro objetivo, que no es otro que mejorar la relación y la comunicación con nuestra pareja

En las relaciones si la comunicación no es honesta puede terminar “desencantando” y es más probable que la pareja se vaya distanciando con el riesgo de ruptura.

 

El cambio viene por darse cuenta de esos hábitos instaurados y cómo estos afectan en tal desencanto

Uno de los mayores errores que se cometen en las relaciones es que la comunicación no se produce desde el sentir genuino sino desde la tormenta emocional contaminada, en la mayoría de los casos, por juicios, los propios y los dirigidos hacia el otro/a, lo que provocará distanciamiento y ruptura, cuando esta situación se mantiene y agrava en el tiempo.

Retomar y reavivar la pareja tiene que ver con la expresión honesta y genuina de nuestras emociones desde lo que cada uno verdaderamente siente.

Tiene que ver con ser mucho más consecuente con nuestros sentimientos ante situaciones o hechos que nos producen malestar tratando de evitar juicios, hacia uno mismo y hacia nuestra pareja

Pareja y Bienestar