Esforzarse por conseguir nuestros objetivos, sin duda, es un valor importante en cada una de nuestras áreas vitales. Este esfuerzo unido a la motivación necesaria nos lleva a mejorar para adquirir más aprendizajes y conocimientos. Esta actitud proactiva es adecuada en tanto que avanzamos hacia un mayor equilibrio y bienestar tanto personal como profesional.

Sin embargo, muchas personas tienen la tendencia de moverse bajo patrones de «todo o nada» (o me esfuerzo hasta la extenuación o no hago nada). Las dificultades aquí se encuentran en que cualquier esfuerzo llevado al exceso se puede convertir en un verdadero problema que excede de lo necesario, saludable y recomendable mientras que lo contrario sería encontrarnos con sentimientos de apatía, insatisfacción y aburrimiento.

Toda fuerza o virtud llevada al extremo puede convertirse en debilidad

Cuando el esfuerzo se lleva al exceso puede convertirse en un sobreesfuerzo que en muchas ocasiones genera emociones disfuncionales y negativas como el miedo, el enfado excesivo, la culpabilidad u otros sentimientos de «no competencia» o «no suficiencia» laboral que pueden afectar negativamente a la autoestima y el autoconcepto personal.

Pueden aparecer pensamientos que nos hacen dudar de nuestra propia valía laboral y personal: ¿Seré un/a inútil? … No valgo para nada ¿Seré lo suficientemente eficiente? ….

Sentimientos de duda en nuestro desempeño laboral los podemos tener todos, la seguridad como concepto abstracto absoluto, desde luego, no es nunca posible. Esta sana duda o inseguridad nos lleva a mejorar para realizar nuestro trabajo de forma mucho más efectiva y constructiva poniendo la energía y el foco en lo que podemos hacer o mejorar para avanzar (comenzar una formación, adquirir mayor conocimiento desde la realización de prácticas, modificar ciertas creencias o pensamientos limitantes, etc).

Tomar una mayor conciencia de estas emociones, sentimientos y pensamientos nos llevará a darnos cuenta del sobreesfuerzo físico y emocional que estamos sacrificando y también de aquello a lo que estamos renunciando en nuestra vida y que es verdaderamente importante para nosotros/as

El cuerpo nos manda señales físicas y psicológicas: tenemos dificultad para conciliar el sueño, trabajamos más horas con pobres resultados, tenemos cada vez menos tiempo vital renunciando a lo que más nos gusta, estamos tensos y cansados, tenemos mayor sentimiento de inseguridad, perdemos relaciones importantes…

Una de las cuestiones a trabajar, en este sentido, es, desde la toma de conciencia de estos mensajes de atención, poder transformarlos en compromiso y responsabilidad honesta ante nuestra vida presente y futura, y la mejor forma de hacerlo es conectar con nuestros propios valores y necesidades reales y maduras que nos sirven de guía en nuestra vida de tal forma que podamos recuperar el equilibrio y el bienestar personal y laboral necesario.

En cualquier caso es una cuestión de elección vital en la cual cada uno de nosotros tiene la libertad de decidir aquellos principios que guían su vida y las repercusiones que estos tienen hacia nosotros mismos y sobre los demás.

Psicología Y Bienestar Emocional Laboral